jueves, 29 de octubre de 2015

Francisco de Goya



Francisco de Goya y Lucientes (Fuendetodos, provincia de Zaragoza, 30 de marzo de 1746-Burdeos, Francia, 16 de abril de 1828) fue un pintor y grabador español. Su obra abarca la pintura de caballete y mural, el grabado y el dibujo. En todas estas facetas desarrolló un estilo que inaugura el Romanticismo. El arte goyesco supone, asimismo, el comienzo de la pintura contemporánea, y se considera precursor de las vanguardias pictóricas del siglo XX.

Tras un lento aprendizaje en su tierra natal, en el ámbito estilístico del barroco tardío y las estampas devotas, viaja a Italia en 1770, donde traba contacto con el incipiente neoclasicismo, que adopta cuando marcha a Madrid a mediados de esa década, junto con un pintoresquismo costumbrista rococó derivado de su nuevo trabajo como pintor de cartones para los tapices de la manufactura real de Santa Bárbara. El magisterio en esta actividad y en otras relacionadas con la pintura de corte lo imponía Mengs, y el pintor español más reputado era Francisco Bayeu, que fue cuñado de Goya.

Una grave enfermedad que le aqueja en 1793 le lleva a acercarse a una pintura más creativa y original, que expresa temáticas menos amables que los modelos que había pintado para la decoración de los palacios reales. Una serie de cuadritos en hojalata, a los que él mismo denomina de capricho e invención, inician la fase madura de la obra del artista y la transición hacia la estética romántica.

Gran popularidad tiene su Maja desnuda, en parte favorecida por la polémica generada en torno a la identidad de la bella retratada. De comienzos del siglo XIX datan también otros retratos que emprenden el camino hacia el nuevo arte burgués. Al final del conflicto hispano-francés pinta dos grandes cuadros a propósito de los sucesos del levantamiento del dos de mayo de 1808, que sientan un precedente tanto estético como temático para el cuadro de historia, que no solo comenta sucesos próximos a la realidad que vive el artista, sino que alcanza un mensaje universal.

Obras:
1.La maja desnuda


2.La familia de Carlos IV 

3.Los caprichos

4.El aquelarre

5.Perro semihundido 
 

lunes, 19 de octubre de 2015

Simón De Bolívar

Biografía

Simón Bolívar nació en Caracas el 24 de julio 1783. Sus padres fueron Juan Vicente Bolívar y María Concepción Palacios, aristócratas y terratenientes criollos.
En su niñez fue alumno de los ilustres Simón Rodríguez y Andrés Bello. En 1799, viajó a España para completar su educación. Estando en el Monte Sacro (15-8-1805) expresó su anhelo de luchar por la libertad de su patria.

Regresando a Venezuela se hizo protagonista de los principales sucesos y batallas por la Independencia de Nueva Granada, a la que bautizó como República de Gran Colombia. En 1823, llegó al Perú donde organizó el Ejército Unido Libertador que logró las victorias de Junín y Ayacucho (1824). Permaneció en Lima hasta 1826 organizando la Federación de los Andes, proyecto que uniría a la Gran Colombia, Perú y Bolivia.

Retornando a Bogotá no pudo superar los planes nacionalistas de Caracas y Quito. Simón Bolívar renunció al poder en abril de 1830, y se retiró a Santa Marta. Aquí se agravó su tisis pulmonar y falleció el 17 de diciembre de 1830.

Don José De San Martin

Biografía:

Don José de San Martín Matorras nació en Yapeyú (Argentina), el 25 de febrero de 1778. Sus padres fueron  Juan de San Martín y Gregoria Matorras.
A los nueve años viajó a España y a los 11 inició su carrera militar como cadete del Regimiento de Murcia. Combatió contra moros, franceses y portugueses.

Desde 1808 luchó contra el ejército napoleónico que invadió España, pero en 1812 se embarcó a Londres, y luego a Buenos Aires para luchar por la independencia americana. En 1813, lideró el regimiento Granaderos a Caballo que derrotó a los realistas en la batalla de San Lorenzo.

En 1814, San Martín fue nombrado gobernador de la Intendencia de Cuyo y se instaló en su capital, Mendoza, para iniciar los preparativos de su expedición libertadora del Perú.

De 1814 a 1817 organizó el Ejército de los Andes, con el cual cruzó la Cordillera y logró la independencia de Chile con la victoria de Maipú, en 1818. En 1820 llegó al Perú, y en julio de 1821 proclamó su independencia en Lima. Gobernó el Perú hasta setiembre de 1822, pero no pudo derrotar definitivamente al virrey La Serna. Se retiró para dejarle el camino libre a Simón Bolívar.

Llegó a Buenos Aires en 1823 y al año siguiente enrumbó a Europa. Se instaló en Francia y falleció en Boulogne-sur-Mer, el 17 de agosto de 1850.

jueves, 15 de octubre de 2015

La Revolución Francesa



Se conoce como Revolución francesa al proceso social y político ocurrido en Francia entre 1789 y 1799, cuyas principales consecuencias fueron:
  • El derrocamiento de Luis XVI, perteneciente a la Casa real de los Borbones
  • La abolición de la monarquía en Francia
  • La proclamación de la Iª República
El mismo año de 1789, cuando los colonos norteamericanos publicaban su Constitución, estallaba la Revolución en Francia. Esta tuvo una repercusión tal, que se la considera como el inicio de la época Contemporánea.

 

Causas:

Las ácidas críticas de los escritores de la Ilustración al sistema político imperante; el descontento general ante el fracaso de la política exterior que obligó a entregar el Canadá a Inglaterra, y las aspiraciones de la alta burguesía a intervenir en el gobierno de la nación, prepararon un clima propicio a la revolución. Ella estalló al agudizarse la crisis económica que venía sufriendo el país desde el final de 1763. 


Las causas más influyentes fueron:
  1. La incapacidad de las clases gobernantes (nobleza, clero y burguesía) para hacer frente a los problemas de Estado
  2. La indecisión de la monarquía
  3. Los excesivos impuestos que recaían sobre el campesinado
  4. El empobrecimiento de los trabajadores
  5. El ejemplo de la guerra de la Independencia estadounidense

La censura quedó abolida durante la campaña y multitud de escritos que recogían las ideas de la Ilustración circularon por toda Francia. Necker, a quien el monarca había vuelto a nombrar interventor general de Finanzas en 1788, estaba de acuerdo con Luis XVI en que el número de representantes del tercer estado (el pueblo) en los Estados Generales fuera igual al del primer estado (el clero) y el segundo estado (la nobleza) juntos, pero ninguno de los dos llegó a establecer un método de votación.
A pesar de que los tres estados estaban de acuerdo en que la estabilidad de la nación requería una transformación fundamental de la situación, los antagonismos estamentales imposibilitaron la unidad de acción en los Estados Generales, que se reunieron en Versalles el 5 de mayo de 1789.

Las delegaciones que representaban a los estamentos privilegiados de la sociedad francesa se enfrentaron inmediatamente a la cámara rechazando los nuevos métodos de votación presentados.

Las clases sociales que carecían de propiedades deseaban acceder al voto y liberarse de la miseria económica y social, y no tardaron en adoptar posiciones radicales. Este proceso, que se extendió rápidamente por toda Francia gracias a los clubes de los jacobinos, y de los cordeliers, adquirió gran impulso cuando se supo que María Antonieta estaba en constante comunicación con su hermano Leopoldo II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

 

En la Revolución francesa podemos distinguir cuatro etapas:

1.La Asamblea Constituyente (1789-1791): formada por decisión de los miembros de la burguesía en el seno de la Asamblea de los Estados Generales convocados por el Rey; abolió los privilegios, sometió al clero al poder civil y secularizó sus bienes, ordenó la redacción de la "Declaración de los derechos del hombre", y estableció el imperio de la Constitución de 1791.

El rey se vio obligado a ceder ante la continua oposición a los decretos reales y la predisposición al amotinamiento del propio Ejército real. El 27 de junio ordenó a la nobleza y al clero que se unieran a la autoproclamada Asamblea Nacional Constituyente. Luis XVI cedió a las presiones de la reina María Antonieta y del conde de Artois (futuro rey de Francia con el nombre de Carlos X) y dio instrucciones para que varios regimientos extranjeros leales se concentraran en París y Versalles.

La Asamblea aprobó una legislación por la que quedaba abolido el régimen feudal y señorial y se suprimía el diezmo, aunque se otorgaban compensaciones en ciertos casos. En otras leyes se prohibía la venta de cargos públicos y la exención tributaria de los estamentos privilegiados.

El estandarte de los Borbones fue sustituido por la escarapela tricolor (azul, blanca y roja), símbolo de los revolucionarios que pasó a ser la bandera nacional.

Junto con la Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano, los delegados formularon los ideales de la Revolución, sintetizados más tarde en tres principios, "Liberté, Égalité, Fraternité" ("Libertad, Igualdad, Fraternidad").

2.La Asamblea Legislativa (1791-1792): elegida por sufragio censitario y donde se impuso la tendencia republicana de los moderados girondinos y los extremistas jacobinos sobre los defensores de la monarquía; creó el ejército nacional para defender el proceso revolucionario contra los demás monarcas europeos, ya que los nobles que habían emigrado trataban de conseguir la ayuda de Prusia y Austria para restablecer el "Antiguo Régimen".

El 14 de septiembre, el rey juró respetar la Constitución modificada. Dos semanas después, se disolvió la Asamblea Constituyente para dar paso a las elecciones sancionadas por la Constitución.

La Asamblea Legislativa, que comenzó sus sesiones el 1 de octubre de 1791, estaba formada por 750 miembros que no tenían experiencia alguna en la vida política, debido a que los propios integrantes de la Asamblea Constituyente habían votado en contra de su elegibilidad como diputados de la nueva cámara. Ésta se hallaba dividida en facciones divergentes.

El deseo de entablar una guerra se extendió rápidamente entre los monárquicos, que confiaban en la derrota del gobierno revolucionario y en la restauración del Antiguo Régimen, y entre los girondinos, que anhelaban un triunfo definitivo sobre los sectores reaccionarios tanto en el interior como en el exterior. El 20 de abril de 1792 la Asamblea Legislativa declaró la guerra al Sacro Imperio Romano.

3.La Convención (1792-1795): que reclamó la República, dio muerte al monarca e impuso un régimen  de terror tal, que nadie se sentía seguro después del asesinato de Marat y la ejecución de Dantón, dos líderes revolucionarios. La Convención pretendió borrar todo vestigio del pasado, cambiando el calendario e introduciendo el culto a la diosa Razón; mas, la posición extremista de Robespierre unió a todas las fuerzas contra él y se le ajustició, junto a sus colaboradores que habían llevado la violencia al paroxismo mediante la implantación de ese régimen de terror.

Se impusieron importantes restricciones al poder de la Iglesia católica mediante una serie de artículos denominados Constitución civil del Clero:
  1. Confiscación de los bienes eclesiásticos
  2. Se permitió al Estado emitir un nuevo tipo de papel moneda, los asignados, garantizado por las tierras confiscadas
  3. Que los sacerdotes y obispos fueran elegidos por los votantes
  4. Recibieran una remuneración del Estado
  5. Prestaran un juramento de lealtad al Estado+
  6. Que las órdenes monásticas fueran disueltas.

4.El Directorio (1795-99): que fue un gobierno moderado y que, ante el peligro de un retorno de la reacción o de un rebrote del terror, acabó por ceder el poder a un joven general que se había distinguido por sus victorias contra los austríacos en Italia: Napoleón Bonaparte

lunes, 5 de octubre de 2015

José Cadalso

                                                             José Cadalso



La vida de José Cadalso se puede seguir por referencias y testimonios de sus contemporáneos y, como documento más personal, a través de la visión que de sí mismo dejó en Memoria de los acontecimientos más particulares de mi vida y de su correspondencia (1773–1780).
José Cadalso y Vázquez nació en Cádiz, el 8 de octubre de 1741. La familia, sin embargo, procedía por línea paterna del señorío de Vizcaya. La madre murió a consecuencia del parto, y el padre, ausente por negocios en América, tardaría casi trece años en conocer al niño, a su regreso de las Indias. Tuvo que encargarse de su educación un tío jesuita, el padre Mateo Vázquez. Él fue quien le envió a estudiar primero a Francia, de donde pasó a Inglaterra, siguiendo a su padre que tras visitarle en París se había instalado en Londres. También viajaría por Italia y Alemania, ampliando su conocimientos de lenguas vivas, además del latín. Tras otro año de estancia en París, pasando por Flandes, regresó a España. El choque con la rancia y atrasada sociedad española quedaría luego reflejado en sus Cartas marruecas.
Ingresó entonces por orden de su padre y con dieciséis años en el Seminario de Nobles de Madrid, según cuenta, «con todo el desenfreno de un francés y toda la aspereza de un inglés», ya que su padre quería corregir en él las costumbres y la religión, y prepararle para un empleo de covachuelista, que detestaba; a ese fin fingió sentir inclinación por ser jesuita, sabedor de que su padre detestaba a los de la Compañía, y le sacó de allí; intentó persuadirle entonces de que lo que le gustaba era la carrera militar, lo que tampoco placía a su padre; se valió de estos tormentos para que su padre le devolviera a Europa y, entre los dieciocho y los veinte años vivió de nuevo en París y Londres, hasta que le llegó la noticia de la muerte de su padre en Copenhague (1761)
 


Tuvo entonces que regresar a España para arreglar el papeleo de su herencia, al parecer de forma tan apresurada que años después se encontró sin ningún patrimonio familiar; y se alistó en el regimiento de caballería de Borbón en 1762, participando en la campaña de Portugal, donde tuvo un violento duelo a espada con su antiguo condiscípulo el Marqués de Tabuérniga, con el que se había emborrachado, que terminó tan súbitamente como se había producido. Encontrándose en Madrid en marzo de 1766, sigue con interés el motín de Esquilache, salvando con su intervención la vida del Conde de O’Reilly; «aquel día conocí el verdadero carácter del pueblo», escribió en su Autobiografía. En ese mismo año obtuvo el hábito de caballero de la Orden de Santiago.
Trasladado su regimiento a Madrid, Cadalso se enamoró de la hija del consejero Codallos, con la que estuvo a punto de casarse. Entró luego en la camarilla de la frívola Marquesa de Escalona, siendo su chischiveo temporal, y tomando contacto con el entonces todopoderoso Conde de Aranda, presidente del Consejo de Castilla, al que llegaría a entregar el manuscrito de una novela, de carácter utópico por lo que indica el título: Observaciones de un oficial holandés en el recién descubierto reino de Feliztá.
Para gran escándalo de la nobleza (y en especial de las damas), circuló por Madrid un libelo titulado Calendario manual y guía de forasteros en Chipre (1768), parodia de la Guía común de forasteros, donde se satirizaban las costumbres amorosas típicas de la sociedad dieciochesca. El público, confiesa el mismo Cadalso, «me hizo el honor de atribuírmelo, diciendo que era muy chistoso». Como consecuencia de ello, tuvo que salir desterrado de Madrid a Zaragoza, donde permaneció hasta 1770. Fue allí donde empezó a dedicarse con intensidad a la poesía.
Pasados los seis meses del destierro, regresó Cadalso a Madrid, donde, entre 1770 y 1772, vivió su apasionada relación amorosa con la actriz María Ignacia Ibáñez, que ha dado lugar a toda una leyenda de marcado sabor romántico con la muerte de ella por fiebres tifoideas, con sólo veinticinco años, el 22 de abril de 1771. La leyenda cuenta que Cadalso, desesperado ante tan repentina muerte, intento desenterrar a su amada para darle el último adiós (episodio que quedó narrado en su obra Noches lúgubres). También le dedicó poemas en los que la actriz aparece con el nombre de Filis.
Sufrió una profunda depresión que intentaron distraer sus amistades y contactos en los salones y círculos literarios madrileños, sobre todo la activa tertulia de la Fonda de San Sebastián, de la que eran asiduos sus amigos Nicolás Fernández de Moratín y Tomás de Iriarte. Poco después se trasladó a Salamanca donde muy pronto convirtió su depresión en materiales poéticos, dramáticos e incluso filosóficos. En la ciudad del Tormes y durante su breve estancia (1773–1774), Cadalso se convirtió en el epicentro de un círculo de admiradores y amigos, entre ellos: fray Diego González, Juan Pablo Forner, León de Arroyal y dos jóvenes poetas, el salmantino José Iglesias de la Casa y el extremeño, estudiante en la Universidad de Salamanca, Juan Meléndez Valdés. También allí dio término a las Cartas marruecas.
En 1777 fue ascendido a comandante de escuadrón. Dos años más tarde participó en el asedio de Gibraltar (que duraría hasta 1783) y fue ascendido a coronel en 1781. Sin embargo José Cadalso murió, el 27 de febrero de 1782, tras recibir el impacto en la sien de un casco de metralla o granada. Tenía sólo cuarenta años y apenas hacía un mes que le había sido conferido el grado de coronel. Su tumba se encuentra en la Iglesia Parroquial Santa María La Coronada en la Ciudad de San Roque, donde reside la de Gibraltar.

 Bibliografia:
  • CADALSO, José (1970): Defensa de la nación española contra la carta persiana LXXVIII de Montesquieu. Edición de G. Mercadier. Toulouse: Universidad de Toulouse, 1970.
  • CADALSO, José (1979): Escritos autobiográficos y epistolario. Edición de N. Glendinning y N. Harrison. Londres: Támesis, 1979.
  • CADALSO, José (1982): Calendario manual y guía de forasteros en Chipre. Prólogo, edición y notas de Nigel Glendinning. Madrid: C.S.I.C., 1982.
  • CADALSO, José (1993): Obra poética. Edición de Rogelio Reyes Cano. Cádiz: Universidad de Cádiz, 1993.
  • CADALSO, José (1997): Cartas marruecas. Noches lúgubres. Edición de Joaquín Arce. Madrid: Cátedra, 1997.
  • CADALSO, José (2000): Cartas marruecas. Noches lúgubres. Edición de Emilio Martínez Mata. Barcelona: Crítica, 2000.
  • EDWARDS, June Knight (1976): Tres imágenes de Cadalso: el crítico, el moralista, el creador. Sevilla: Universidad de Sevilla, 1976.
  • SEBOLD, Russell P. (1974): Cadalso: el primer romántico «europeo» de España. Madrid: Gredos, 1974.